lunes, 8 de diciembre de 2008

Sun Tzu en la política de nuestros días

El “Arte de la Guerra”, es quizás una de las obras más influyentes de los tiempos, que tuvo sus orígenes en China en los años VI a.c. y que posteriormente se fuera esparciendo dentro de Asia, en la época del renacimiento se extendió hacia Europa, y posteriormente pasó a una tercera etapa de gran expansión durante el período de la guerra fría[1] en la que prácticamente se universalizó mediante su irrupción en una serie de disciplinas no únicamente las militares si no también a la ciencia política. A continuación analizaremos sus principales aportes a la ciencia política en dos áreas particulares, en las relaciones internacionales y la comunicación política.

Antes de revisar dicho impacto, es necesario primero puntualizar aquellos ejes centrales del “Arte de la Guerra”. Como su nombre lo indica es un texto el cual por excelencia se refiere a las estrategias militares adecuadas para lograr obtener la victoria en el campo de batalla, plantea dentro de sus capítulos la noción de cómo es que deben unirse las distintas tácticas, la información necesaria y sabiduría.

Realiza de esa manera un análisis de las diversas etapas con las que cuenta una guerra, y señala que para su análisis es necesario tener en cuenta determinados factores: “El primero de estos factores es la política; el segundo, el clima; el tercero, el terreno; el cuarto, el comandante; y el quinto, la doctrina.” En el caso de la política si bien la visión de Sun Tsu se refiere a un estado de armonía entre soberano (gobernador) y su pueblo, esto en el contexto de la guerra se debe a la búsqueda de unificación de pensamiento, en el sentido de que uno no puede ir a la conquista o marchar hacia una larga guerra, si es que el pueblo no está dispuesto a acompañarlo en una empresa cualquiera que fuere esta, las probabilidades estarían en contra.

Entrando en el plano de las relaciones internacionales se podría mencionar que Sun Tzu es de los primeros autores que se podrían considerar como realistas en lo que se refiere en el campo de la guerra. Ya que las creencias centrales sobre la guerra, es que en primera instancia “yo me puedo tornar invencible” esto es debido a que en el conocimiento de mis debilidades puedo encontrarme preparado para el ataque del enemigo y de esa forma garantizar que de entrar en batalla no seré derrotado; sin embargo, no puedo garantizar que el rival sea vulnerable saber cómo vencer no implica que vaya a vencer.

El segundo aspecto realista, se da en el caso en el que plantea sobre cómo es que se debe de vencer al enemigo, sugiere así que la guerra no es la primera salida a la que uno debe acudir para lograr una victoria. Someter al enemigo que nos enfrentemos sin la necesidad de luchar es considerado como suprema excelencia. Es así como el conflicto en sí gira en torno a nuestra capacidad de poder vencer la estrategia de nuestro oponente. En su defecto se debe de buscar aislar al enemigo, mediante la ruptura de sus alianzas, de esta manera se le aísla logrando de esa manera su rendición. O finalmente, el camino a elegir es el atacar a su ejército directamente.

Es así como es que las ideas propuestas por el autor calzan en aquellas sugeridas por lo que posteriormente sería el realismo dentro de las relaciones internaciones.

En el caso de la comunicación política, que se encarga de la implementación de estrategias para lograr una influencia efectiva sobre una tercera persona, esto se debe principalmente en el caso de las campañas electorales, que es aquellos períodos en los cuáles se realiza la lucha por el poder, en el caso de los sistemas presidencialistas por el ejecutivo, mientras que en los parlamentaristas por el legislativo; sin embargo, es quién cuenta con la mejor estrategia aquél que se encuentra con una mayor posibilidad de poder ganar las elecciones.

En el caso particular de América nos encontramos con que cada vez la competencia se torna de mayor nivel de profesionalización, ejemplo claro, el de las recientes elecciones estadounidenses, en las que se pudo apreciar que fue una clara lucha estratégica, se necesita conocer a quién te enfrentas, cuáles son sus potencialidades y debilidades de nuestra campaña. Exactamente al igual como señala “El Arte de la guerra”, es necesario contar con unidad dentro del partido, ante un partido dividido son mayores las posibilidades de una derrota.

Por otro lado, también se necesita blindar al candidato, como señala Dick Morris[2], no importa cuánto te ataquen, siempre y cuando tengas tus argumentos sólidos y blindados, similar a lo que mencionaba Sun Tzu con las ciudades y la capacidad de volverse invulnerable y de esa manera sacar ventaja de las estrategias erróneas del enemigo, a su vez también se puede tratar de quitarle las posibilidades de alianza, tal como hizo Obama en las primarias aliándose a la familia Kennedy, adelantándose.

En síntesis, como este pensamiento que inicialmente pudiese ser visto como una teoría de la guerra propuesta por Sun Tsu, demuestra poseer elementos que son traídos a la modernidad, desde términos tan diferentes como las campañas políticas y las relaciones internacionales.
Referencias.-

[1] http://www.interpolitica.com/cms/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=60
[2] Otrora asesor de campaña de Bill Clinton en El Nuevo Príncipe.
Bibliografía
Sun Tzu, El Arte de la Guerra
Samuel Sánchez Peñaflor

martes, 25 de noviembre de 2008

Listado de Revistas y Base de datos en ciencia politica

Amigos.

Con el grupo hemos elaborado un listado de Bases de datos y revistas físicas y electrónicas en ciencia política.

Antes de usar el listado recomendamos ver las instrucciones .





Esperamos que les sea útil.

Saludos

Arte&Practica

lunes, 17 de noviembre de 2008

El pensamiento filosófico y político de Al-Farabi como desmantelamiento del prejuicio al mundo musulmán



Actualmente referirse al mundo musulmán o árabe denota una carga de prejuicios y estigmatizaciones que poco a poco han ido calando en la sociedad occidental. Más aún es un tema que ha estado de moda estos últimos años desde el creciente número de atentados terroristas. Y es que los medios de comunicación más grandes y poderosos no hacen otra cosa que señalar que estos atentados son causa de un fanatismo oriental, específicamente del islamismo. Desde mi perspectiva, la de un joven universitario peruano medianamente informado, el mundo musulmán parece algo muy lejano pero a la vez muy de nuestro tiempo. Lejano porque lastimosamente mi país y mi familia tienen poco contacto con esa cultura. Yo nunca conocí a ningún musulmán. Lo único que conozco del tema es la información que recibo de medios de comunicación y de profesores, es decir mi conocimiento del tema es más que nada teórico.
Mi desconocimiento empírico del tema tratare de reemplazarlo con un conocimiento teórico. Pero este conocimiento tendrá que ser profundo y remitirse a los anales del pensamiento musulmán. Una época que considero fundamental para esta tarea es el Medioevo. Periodo en el cual el mundo árabe alcanza apogeo intelectual y cultural. Las conquistas árabes a Europa y la gran influencia en el pensamiento político y filosófico.
Mi objetivo en este breve ensayo es trata de dilucidar cierta relación filosófica en el pensamiento de oriente y occidente a pesar de las supuestamente tajantes diferencias que nos separan. En gran parte tejidas por los medios de comunicación y la influencia de grandes intereses. Por un lado, se tratara de poner en duda y criticar la imagen que nos han vendido del mundo musulmán. Por otro lado, mediante la figura del filósofo Al-Farabi trataré de encontrar similitudes e influencias en el pensamiento occidental clásico que como es sabido influye de manera tajante el pensamiento en el Medioevo. Lo que muchos desconocemos es que esta influencia también está marcada por el mundo musulmán. Para ello revisare brevemente la biografía del filósofo Al-Farabi, luego sus principales planteamientos filosóficos y políticos.
En primer lugar, se ha tratado de crear una imagen distorsionada de la realidad en donde se hecho una fuerte división entre el Occidente desarrollado y moderno, y el Oriente subdesarrollado y primitivo. Los prejuicios y estigmatizaciones llegaron al límite estos últimos años después de los atentados del 11 de Septiembre. Los medios de comunicación masivos dieron una imagen sesgada del mundo árabe y musulmán. En gran parte influenciados por la política exterior de E.E.U.U que planteó una guerra que desde hace mucho tiempo planeaban los neoconservadores. Se ha asociado erróneamente islamismo con terrorismo, sin embargo esta afirmación dista mucho de la realidad. Silvia Cartori en un breve artículo titulado El “Islam: Enemigo Fabricado. El deber de la verdad” señala el papel de los medios de comunicación en la creación de esta imagen llena de prejuicios. “La criminalización de los musulmanes ha servido para esto: condicionar a la opinión pública para que nadie se apiade de los sufrimientos que nuestros «defensores de las libertades» les hacían padecer y también para preservar a los criminales estatales de toda crítica” [1]. También señala que “A los ideólogos adeptos al «choque de civilizaciones» les ha bastado con asociar islam con el «terrorismo» y el llevar velo con «fanatismo» para destilar insidiosamente un sentimiento de inseguridad y crear un profundo rechazo de esta religión. Desgraciadamente, hay que constatar que la mayoría de los grandes medios de comunicación han eco ampliamente de sus argumentos racistas (deliberadamente o por ignorancia) con lo que han contribuido así a aumentar esta vasta intoxicación” [2]. Aquí se ven dos fotos del Newsweek en donde se pueden apreciar gráficamente como se ha tratado de crear una imagen sesgada de la realidad calificando a todo un país musulmán como el más violento y agresivo del mundo. El caso de Irak nos demuestra como los grandes intereses pueden estigmatizar a todo un pueblo han sido eficaces para crear un clima de miedo y prejuicios. No se puede generalizar algo partiendo de excepciones o casos extremos. Al final lo único que producen estas fotos e informaciones similares son sentimientos que crean prejuicios contra un grupo de gente que no es radical, ni violenta, ni extremista en conjunto.
Es posible que la mayoría de personas influenciada por los medios de comunicación crea que los musulmanes y árabes son una especie de civilización atrasada y primitiva con la cual vale siempre estar prevenido y de la cual nada bueno se puede sacar. Estas posiciones cargadas de racismo y miedo distan mucho de la realidad.
La segunda parte de este ensayo es demostrar si realmente existe alguna justificación que nos permita creer que los musulmanes llevan dentro de si una especie de odio y animadversión hacia occidente en su propio pensamiento. Más aun si tenemos en cuenta la gran influencia árabe sobre el occidente medieval. Pensadores de la talla de San Agustín, Tomas de Aquino y Alberto Magno tomaron como principales referentes a los pensadores musulmanes ya sea para relacionar, asimilar y criticar algunas de sus ideas. La gran influencia árabe en el campo filosófico, político, cultural cimenta las bases del occidente de hoy. En la edad media mientras occidente se hallaba sujeto bajo la ortodoxia cristiana, el mundo musulmán vivía grandes épocas de gloria intelectual. Muchos pensadores y eruditos musulmanes tomaron a Platón, Aristóteles y neoplatónicos como principales maestros.
La filosofía política musulmana dista mucho de la imagen tejida en occidente, por ello vale la pena investigar los orígenes de esta forma de pensar. Para ello tomare la figura del filósofo musulmán Abū Naṣr Muḥammad ibn al-Faraj al-Fārābī o simplemente conocido como Alfarabi. La fecha exacta de su nacimiento varía dependiendo del autor. Sin embargo todos coinciden que nació en la década de 870 d.C. en la ciudad de Farab y murió alrededor del 950 d.C. Conocido como “el segundo maestro” después de Aristóteles que es el primero. Su obra marcó gran influencia en pensadores musulmanes y occidentales. Se cuenta que tras la conquista de una ciudad en donde se encontraba nuestro filósofo se mando a buscarlo y matarlo ya que era uno de los principales pensadores del rey. Al-Farabi conociendo esto viendo que se acercaba un mendigo hizo un intercambio de ropa con este y se dirigió a la puerta de salida principal. Esta puerta estaba rodeada de militares enemigos. Estos le preguntaron: ¿Quién era? Al-Farabi, quien siempre trataba de decir la verdad se vio entre la espada y la pared. Si les decía que era Al-Farabi lo mataban enseguida. Nuestro filosofo opto por decir su verdadero nombre. Acto seguido los militares se rieron a carcajadas y le dijeron que aunque era un mendigo era un hombre muy bromista y así lo dejaron pasar y nuestro filósofo salvó su vida. Al- Farabi amante de la sabiduría busco durante toda su vida llegar a aquella verdad en la cual él creía y la anécdota nos muestra hasta que nivel llegaba su convicción por la verdad.
Según Muhsim Mahdi la importancia de Al-Farabi en el pensamiento político consiste en relacionar la tradición clásica occidental con el contexto de religión revelada que propone el Islam. Al-Farabi distingue pero a la vez relaciona los conceptos de filosofía y religión. Para él “la filosofía era el producto supremo de la mente humana y la única forma genuina de adquirir conocimiento. Para lo que no eran filósofos, el acceso a la verdad era posible aun, pero en forma diferente basada en símbolos y en las sociedades. Para Al-Farabi la filosofía es universal pero las otras formas de acceder a la verdad como la religión son relativas. Acepta el la denominación del Corán como verdad revelada, pero esta denominación está limitada por el contexto cultural. El Islam no se puede exportar a otras culturas ya que tiene su propio simbolismo de expresar la verdad” [3]
En otras palabras la gran diferencia entre occidente cristiano y el oriente musulmán es respondida de manera elocuente y elevada por Al-Farabi. “El segundo maestro” llega a decir que en el camino de la búsqueda de la verdad mediante la filosofía no hay diferencia entre los pueblos y plantea que las religiones son formas de revelación de la verdad que se adaptan a un contexto social y geográfico. Este punto es importante ya que desde las bases del pensamiento musulmán se marca una especie de tolerancia religiosa frente a cualquier pronóstico que pueda señalar un extremismo en el pensamiento musulmán como se resalta actualmente. Este punto de partida nos permite dilucidar la perspectiva de un pueblo que muy pocas veces es recordado por sus características positivas y constructivas.
Es preciso señalar el trabajo de Al-Farabi al seguir el pensamiento político de Platón y Aristóteles. Alfarabi muestra esta relación en los libros: La Concordancia Entre Platón El Divino y Aristóteles, La Ciudad Virtuosa, Los Regímenes Políticos. Se puede encontrar una estrecha concordancia entre estos textos y La República y La Leyes de Platón, y entre La Ética Nicomaquea y La Política de Aristóteles. Este último señalaba que todas las cosas tendían al bien. Entonces el ser humano en tanto humano también tiende al bien. Y el bien supremo que busca es la felicidad. Platón también habla de la idea del bien como fin supremo del ser humano en donde encuentra la felicidad. Pero para la consecución de la felicidad se necesita de otros hombres como nosotros ya que por naturaleza tendemos a organizarnos en sociedad. Es por ello que Aristóteles afirmaba que el hombre era un “animal político” y que solo dos clases de seres podían vivir solos: un dios o un loco. Si bien es cierto Al-Farabi distingue tres clases de asociaciones entre hombres (grandes, medianas y pequeñas), todos coinciden en que el fin último de estas asociaciones de seres humanos organizados tienen como fin la búsqueda de la felicidad. Para ello necesitan buenos hábitos y buenas costumbres para llegar a tal fin ya que con malos hábitos y malas costumbres lo único que se consigue es mal. Y sería estúpido creer que el mal produce felicidad, sin embargo, según estos autores, es la ignorancia la principal causa de no practicar el bien y digo practicar porque no se conoce algo sin haberlo experimentado realmente. Los actos buenos producen resultados bueno pero resulta ilógico pensar que alguien sabiendo que el resultado es malo cometa un acto malo. O si bien lo comete lo hace ignorando el resultado o bien quien lo comete es un loco que ni siquiera sabe que le conviene (que los hay en cantidad). Los tres autores sostienen este punto y manifiestan que son las acciones buenas, justas y bellas la que nos procuraran felicidad. Es decir estas acciones no son otra cosa que las virtudes a las que nos dirigimos. Estas son consideradas como un fin en sí mismo. Todo lo que sea consecuencia de ellas procurara la felicidad. Los hábitos que nos ayudan a alcanzar las virtudes deben de ser regulados por una autoridad que tenga el poder de hacerlos cumplir. En este sentido se recalca la importancia de las leyes no como un mero instrumento técnico como hoy se puede ver. Como el caso de Rómulo León que tanto se vocea en estos días, parecería que las pruebas en su contra son harto suficientes. Sin embargo, los tecnicismos legislativos pueden hacer valer tanto lo justo como lo injusto. El tratar de deslegitimar los audios, donde se reconoce la voz de los implicados e inclusive ellos mismos reconocen su voz, por el hecho de haber sido obtenidos de manera dudosa es harto vergonzoso. La indiferencia política de los ciudadanos crece en la medida en que observan estos hechos indignantes. No obstante el orden político basado en la leyes como fue entendido por estos tres grandes pensadores debe actuar como principio guía que nos ayude a alcanzar la virtud o realización humana de la excelencia.
Platón Y Al-Farabi coinciden en las funciones características de quien debe velar por el orden de la ciudad. Para uno es el “rey filósofo” y para el otro “el profeta legislador”. Estas funciones comunes se resumen en el principio divino del que parten, en el rolo educador que permite el conocimiento de la felicidad. La autoridad debe de estar regida por una facultad racional de tal manera que la medidas que tome el estado sean beneficiosas para la población. La filosofía y la sabiduría deben de ser necesarias para la ciudad virtuosa y finalmente para la consecución de la felicidad.
He tratado de hacer una breve síntesis del pensamiento político filosófico de Al-farabi y la estrecha relación que se hace evidente con el pensamiento político clásico. La relación nos demuestra que las diferencias que si bien es cierto existen entre diversas civilizaciones están regidas por circunstacias especificas pero que existen caminos como el de la filosofía que nos permiten generalizar en esencia ideas y pensamientos bases para la organización de la sociedad. Así lo entendió Al-Farabi y allí radica su gran importancia. Y también allí encontramos fuertes argumentos en contra de los que ya sea por ignorancia o por interés venden imágenes falsas y tergiversadas del mundo musulmán.


[1]Cattori, Silvia. En: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=76055
[2]Cattori, Silvia. En: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=76055
[3]En: http://esfltwu.pbwiki.com/Al-Fārābī
Bibliografía:
Mahdi, Muhsin. Alfarabi. En History of Political Philosophy. Strauss, Leo y Cropsey, Joseph (comp). Chicago: The university of Chicago press, 1987
Cruz Hernández, Miguel. Capitulo 6: Al-Farabi. En Historia del pensamiento en el mundo islámico. Madrid: Alianza Editorial, 1996.
Fuentes de internet:
En http://www.filosofia.org/cla/isl/farabi5.htm
En http://www.muslimphilosophy.com/ip/rep/H021.htm
En http://users.ox.ac.uk/~worc0337/authors/al-farabi.html#links
En http://sacred-texts.com/isl/palf/index.htm
En http://www.webislam.com/?idt=3610
En http://esfltwu.pbwiki.com/Al-Fārābī
En http://gertobis.blogcindario.com/2008/04/00141-la-madurez-de-la-filosofia-en-oriente-al-farabi-y-avicena-i.html
En http://www.ucm.es/BUCM/revistas/fll/11303964/articulos/ANQE0303110231A.PDF


Alvaro Gamboa

domingo, 16 de noviembre de 2008

Conferencia de Joseph Nye: Presidential Leadership in Foreing Policy

Les recomendamos escuchar esta conferencia. De uno de los intelectuales mas influyentes en Estados Unidos. 

Saludos 


martes, 11 de noviembre de 2008

Coloquio de Estudiantes de Ciencia Politica

Esta semana se realizará, en la Facultad de Ciencias Sociales de la PUCP, el III Coloquio de Estudiantes de Ciencia Politica en el que se expondrán las mas recientes investigaciones de los estudiantes de esta especialidad. Dos miembros de esta agrupación presentarán sus ponencias. Estan todos cordialmente invitados


martes, 4 de noviembre de 2008

Politicas Publicas y Desarrollo Nacional

Esta semana en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos se está organizando un ciclo de conferencias que tratará temas relacionados a la gestion publica dentro del proceso de descentralizacion. A conitunuacion les presentamos una nota publicada en el Comercio este domingo 2 de noviembre.

Disertarán sobre políticas públicas
La Escuela de Ciencia Política de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos celebrará su séptimo aniversario con un ciclo gratuito de conferencias titulado: Políticas Públicas y Desarrollo Nacional. Según Carlos Fernández, director de dicha escuela, la idea es contribuir al proceso de descentralización en curso. "Intentaremos realizar una reflexión colectiva sobre sus aspectos más resaltantes, como la gestión y políticas públicas en los gobiernos regionales y locales, así como su interrelación con el Gobierno Central", explicó. Entre los ponentes figuran Fernando Villarán, ex ministro de Trabajo; Francisco Miró Quesada, director de este Diario; Richard Webb y Óscar Dancourt, ex presidentes del Banco Central de Reserva del Perú. También Ernesto de la Jara, director del Instituto de Defensa Legal; Enrique Obando, ex director de Política y Estrategia del Ministerio de Defensa; Fernando Ortega, secretario del Concytec, y Pedro Francke, ex presidente de Foncodes. Las conferencias se realizarán desde mañana 3 hasta el 7 en el salón de grados de la Facultad de Derecho y Ciencia Política.
El Comercio , seccion: Politica, pagina 13, domingo 2 de noviembre 2008


domingo, 2 de noviembre de 2008

Posicionamiento Laboral de la Ciencia Politica.


Este evento promete:

La teleconferencia se realizara en simultaneo en 5 paises. En Peru se relizara a la 1:00 pm en los salones de la Facultad de Sociales del PUCP. La primera fecha en el salon J-307 y la segunda en el J201. El evento es gratuito de ingreso libre.


Saludos

jueves, 30 de octubre de 2008

Curso de extension


Les recomendamos este curso de extension:

Inscripciones aqui

martes, 28 de octubre de 2008

CICLO DE CINE Y POLITICA: MEMORIAS DEL SUBDESARROLLO


Como fin de nuestro ciclo de Cine y Politica de este semestre, Arte y Practica los invita a la proyeccion de la pelicula Memorias del subdesarrollo.


MEMORIAS DEL SUBDESARROLLO (1968) es una película clásica del cine cubano, dirigida por Tomás Gutiérrez Alea. Filmada a la manera de un documental, esta reflexiva cinta plantea una revisión de la realidad cubana vista a través de los ojos y la reflexión introspectiva de Sergio (Sergio Corrieri), un pequeño burgués de vuelos intelectuales que se queda en Cuba a pesar de que los suyos, incluida su mujer, emigran ante el triunfo de la Revolución. La anécdota se desarrolla en un momento crucial para el país, la Crisis de los Misiles, que al igual que enturbia y pone en riesgo al naciente gobierno sirve de metáfora para reflejar los momentos de incertidumbre por los que atraviesa Sergio al adaptarse a la nueva realidad, a la cual tiene que anteponer su mentalidad burguesa.


Miércoles 29 de octubre, J-203, 6:00 p.m.
Comentarios del profesor Iván K. Lanegra

domingo, 26 de octubre de 2008

Ockham entre los imperios



Recuerdo que la primera vez que vi “El nombre de la Rosa” de Jean Jaques Annaud me quede gratamente sorprendido por la inteligencia y sobre todo tranquilidad de Guillermo de Baskerville para resolver el caso. Recuerdo también que el misterio, sobre los libros de Aristóteles me introdujeron al mundo medieval; que en ese tiempo en mi imaginario se reducía a caballeros y la épica.

En cuanto me entere de que Guillermo de Baskerville estaba inspirado en Guillermo de Ockham, mi curiosidad se volcó a aquella época; dentro de la etapa medieval del pensamiento político y filosófico me pareció particularmente interesante los debates sobre la escolástica.

Los aportes de Guillermo de Ockham en el campo del pensamiento se centran en la confrontación con las tesis tomistas. Es Ockham uno de los mas grandes exponentes del nominalismo, férreo al extremo opositor del universalismo; se le atribuye a el la siguiente frase "Dios puede hacer todo lo que, al ser hecho, no incluye contradicción" . La oposición entre Tomas de Aquino y Ockham, a mi parecer reside en la aplicación del método para llegar al conocimiento, mientras Santo Tomas considera la abstracción como la vía correcta es Occkhan quien persiste en creer en una intuición intelectual[1]. El principio de economía es también uno de los aportes que mas se le recuerda a este franciscano, principio que es resumido en la llamada "navaja de Ockham" en resumidas cuenta la explicación completa mas sencilla es la mejor.

En esta oportunidad discutiré un escrito de Occkham sobre el poder del Papa. Es un escrito político en donde lo que hace a través de una argumentación sesuda y sencilla es dilucidar sobre la división entre el "imperio terrenal" y el "imperio celestial". En "Sobre el gobierno tiránico del papa" Ockham nos propone revisar los textos del emperador Constantino al Papa Nicolás para entender los verdaderos limites del poder papal.

En los primeros capítulos se discute la necesidad de que los súbditos puedan conocer el alcance y las limitaciones del poder del Papa, siendo tanto asi que para el esta potestad se puede deslindar de las escrituras. En los próximos capítulos a mi entender Ockham lo que busca es dejar claro las limitaciones del poder papal en contra posición con las del imperio terrenal, espera se entienda que el papa gobierna sobre la comunidad de fieles mas eso no le da potestad sobre el imperio terrenal y aun mas como el mismo lo señala " Es decir, en lo que se refiere al culto de Dios y a la vida cristiana, los pontífices y sacerdotes tengan al papa como cabeza. como los jueces al rey"[2]. El papa tiene potestad sobre la vida espiritual mas no sobre los cuerpos de los súbditos.

Se puede desprender de esta argumentación que para Guillermo de Ockham la limitación al poder del Papa es importante, como lo es la diferencias entre la razón y la fe. Es necesario precisar que Ockam pertenece a la orden Franciscana y que su critica a la opulencia en Roma fue constante, tanto así que fue excomulgado. Es necesario revisar las tesis de Guillermo de Ockham y contraponerlas con las tesis tomistas, ya que si bien el segundo es el pensador de la época escolástica Ockham es considerado la bisagra con el pensamiento moderno.


[1] lCfr. http://www.wikilearning.com/curso_gratis/filosofia-guillermo_de_ockham_1285_1349/12412-30 .

[2] Ockham, Guillermo "Sobre el gobierno tiranico del papa" pag 221

lunes, 20 de octubre de 2008

Ciclo de cine y política presenta: Four days in september

ARTE Y PRÁCTICA invita a todos los interesados y amantes del buen cine a una controvertida y polémica película que nos presenta problemas muy relevantes en la política actual. ¿Qué sucede cuando aquellos que dicen “luchar por la libertad” y contra la opresión de los gobiernos asumen como arma la misma violencia de sus enemigos? ¿Basta entonces la ideología para diferenciar a ambos bandos? Esto basicamente es lo que busca responder "Four days in september" (1997), película del brasilero Bruno Barreto. Situada en el Río de Janeiro de 1969, el filme presenta la suspensión de derechos civiles y de la libertad de expresión aplicada por el gobierno de la Junta Militar; para debilitarlo, el MR8 inicia una serie de acciones que llevarán a cuestionar la validez de la violencia como medio legítimo de revolución. Las similitudes que se generan entre los antagonistas de la película parecen otorgar una respuesta a las preguntas surgidas en este drama político.
Miércoles 22 de Octubre, Sala de grados de Ciencias Sociales, 6:00 p.m.
Comentarios: Profesor Iván Hinojosa

viernes, 17 de octubre de 2008

Cursos de Extensión

Los invitamos a los cursos de extensión de la facultad de sociales. El primero se llama "América Latina en el contexto global" desafios y posibilidades, será dictado por el profesor Farid Kahhat, el profesor Javier Alcalde y por el ministro Davíd Málaga.
El segundo es un curso denominado "Introducción a herramientas computacionales para análisis político" que será dictado por el profesor: Jose Manuel Magallanes. Se tocará Análisis exploratorio, analisis de redes sociales, y simulación de políticas públicas integrando enfoques cualitativos y cuantitativos.

Click en los afiches para mayor información

Saludos

viernes, 10 de octubre de 2008

Seminario de Gobernabilidad Democrática en la Región Andina

A continuacion: una breve descripcion del evento del Dr. Martin Tanaka (organizador y expositor) asi como la programacion respectiva. Esperamos que los interesados puedan asistir. Nos vemos alli.

"Están todos invitados a este seminario que organizo. Va a estar muy interesante. Seminario Gobernabilidad democrática en la región andina Jueves 16 – viernes 17 de octubre de 2008Instituto de Estudios Peruanos (IEP)Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos de Venezuela (INVESP). El seminario es resultado de un trabajo de investigación que comprende el estudio de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, que cuenta con el apoyo del International Development Research Center (IDRC) de Canadá. Dicho estudio se enmarca en un contexto regional de importantes reformas institucionales que han ampliado la arena política, incorporando mecanismos de participación de la sociedad civil, que diversos movimientos sociales han aprovechado para hacer valer sus demandas más sentidas. Sin embargo, se trata de una apertura desordenada, parcial, contradictoria e interrumpida, guiada generalmente por criterios de corto plazo, en medio de procesos de confrontación y polarización social, que no ha tenido las consecuencias esperadas por sus proponentes. ¿Qué balance puede hacerse de lo ocurrido? ¿Qué cambios deberían implementarse para lograr regímenes políticos más participativos, responsables ante la ciudadanía, y al mismo tiempo plurales, menos personalistas y más institucionales?"

Programacion
Jueves 16 de octubre
9:00 – 9:15 Inauguración: Martín Tanaka (IEP) y Francine Jácome (INVESP)
9:15 – 11:15 am. Movimientos sociales y democracia Bolivia – Eduardo Córdova (U. San Simón)Ecuador – Carlos de la Torre (FLACSO Quito)Venezuela – Deborah Van Berkel (INVESP)
11:15 – 11:35 am. Intermedio

11:35 – 12:55 pm Colombia – Marcela Velasco (Colorado State University)Perú – María Isabel Remy (IEP)

3:15 – 5:15 pm. Reformas institucionales y democracia Bolivia – Fernando Mayorga (U. San Simón)Ecuador – Simón Pachano (FLACSO Quito)Venezuela – Ricardo Combellas (U. Central de Venezuela)

5:15 – 5:35 pm. Intermedio

5:35 – 6:55 pm.Colombia – Mónica Pachón (U. de Los Andes)Perú – Romeo Grompone (IEP)

Viernes 17 de octubre
9:30 – 10:10 am. La dimensión interamericana de la democraciaAna María Bejarano – U. de Toronto

10:10 – 10:30 am. Intermedio

10:30 – 11:50 am. Visiones comparadas Movimientos sociales – Francine Jácome (INVESP)Reformas institucionales – Martín Tanaka (IEP)
3:15 – 5:15 pm. Recomendaciones de política y conclusiones
Lugar:Instituto de Estudios Peruanos (IEP)Horacio Urteaga 694 – Jesús María
Asistencia libre
Informes e inscripciones:svera@iep.org.pe
332-6194, 431-6603, 332-2156

domingo, 5 de octubre de 2008

La caída de Norteamérica S.A. (segunda parte)

Esta es la segunda parte del artículo de Francis Fukuyama. Aquí, le autor ensaya una dieta para solucionar el problema norteamericano.
Disfrútenlo!

A&P
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La caída de Norteamérica S.A.
por Francis Fukuyama

Segunda parte
Una segunda señal de advertencia fue la acumulación norteamericana de déficit estructurales. China y un número de otros países comenzaron a comprar dólares estadounidenses, después de 1997, como parte de una estrategia deliberada para subvalorar sus divisas, mantener el “run run” de sus fábricas y protegerse de choques financieros. Esto favoreció bien un post-9/11; esto quiere decir que nosotros podíamos bajar los impuestos, financiar una juerga de consumo, pagar por dos guerras caras y controlar un déficit fiscal al mismo tiempo. Los asombrosos y crecientes déficit comerciales que esto produjo - $ 700 mil millones por año hacia el 2007 - eran claramente insostenibles; tarde o temprano los extranjeros decidirían que Estados Unidos no era un lugar tan bueno para depositar su dinero. El decreciente dólar estadounidense indica que ya hemos llegado a aquel punto. Claramente, y contrariamente a Cheney, los déficit sí importan.

Incluso en casa, el inconveniente de la desregulación era bastante claro mucho antes del derrumbamiento de Wall Street. En California, los precios de electricidad se salieron de control en 2000-2001 como consecuencia de la desregulación en el mercado de energía estatal que empresas sin escrúpulos, como Enron, dispusieron para sacar ventaja. Enron, junto a una multitud de otras firmas, se derrumbó en 2004 porque ciertas normas de la contabilidad no se habían hecho cumplir adecuadamente. La desigualdad en los Estados Unidos se elevó a lo largo de la década pasada porque los beneficios del crecimiento económico fueron desproporcionadamente hacia los norteamericanos más ricos y cultos, mientras los ingresos de personas de clase obrera se estancaron. Y finalmente, la fallida ocupación de Irak y la respuesta al huracán Katrina expusieron la debilidad de arriba a abajo del sector público, resultado este de décadas de dotación insuficiente y del poco prestigio de funcionarios cedidos desde los años de Reagan.

Todo esto sugiere que la era Reagan debió haber terminado hace tiempo. Esto no se dio, en parte, porque el partido demócrata no logró presentar candidatos convincentes ni buenos argumentos, pero también debido a un aspecto particular de Estados Unidos que hace a nuestro país muy diferente de Europa. Allí, los ciudadanos menos cultos y de clase obrera votan, con más confianza, por partidos socialistas, comunistas u otros de izquierda, basados en sus intereses económicos. En Estados Unidos, los demócratas pueden balancearse entre izquierda y derecha. Ellos fueron parte de la gran coalición demócrata de Roosevelt durante el New Deal, una coalición que se sostuvo a través de la Gran Sociedad de Lyndon Johnson en los años 60. Pero comenzaron a votar como republicanos durante el gobierno de Nixon y los años de Reagan, balanceándose hacia Clinton en los años 90, y volviendo al pliegue republicano bajo George W. Bush. Cuando ellos votan “republicanamente”, es porque temas culturales como la religión, el patriotismo, valores de familia y la propiedad de arma triunfan sobre los económicos.

Estos votantes decidirán la elección de noviembre, nada menos debido a su concentración en un puñado de estados oscilantes como Ohio y Pensilvania. ¿Se inclinarán hacia un más distante - Harvardiano Obama, quien refleja con más exactitud sus intereses económicos? ¿O se plegarán a la gente con la que ellos mejor pueden identificarse, como McCain y Sarah Palin? Fue necesaria una crisis económica de dimensiones masivas, entre 1929 hasta 1931, para lograr una administración demócrata en el poder. Los sondeos indican que podremos haber llegado a aquel momento, otra vez, en octubre de 2008.

El otro componente crítico de la “marca” norteamericana es la democracia y la buena voluntad de los Estados Unidos de apoyar a otras democracias alrededor del mundo. Esta vena idealista de la política exterior estadounidense ha sido una constante durante el siglo pasado, desde la “Sociedad de Naciones” de Woodrow Wilson, pasando por las “Cuatro Libertades” de Roosevelt, hasta la llamada de Reagan a Mikhail Gorbachev para “derribar esta pared”.

Promover la democracia - por la diplomacia, la ayuda a grupos de sociedad civiles, medios de comunicación libres- nunca ha sido polémico. El problema ahora es que utilizando la democracia para justificar la guerra en Irak, la administración Bush ha sugerido a muchos que la “democracia” era un código para la intervención militar y el cambio de régimen (el caos que siguió en Irak tampoco ayudó precisamente a la imagen de la democracia.). El Medio Oriente en particular es un campo minado para cualquier administración estadounidense, ya que América apoya a aliados no democráticos como los Saudis y rechaza trabajar con grupos como Hamas y Hizbullah, que accedieron al poder por elecciones. No tenemos mucha credibilidad cuando defendemos una “agenda para la libertad”.

El modelo americano también ha sido seriamente opacado por el uso de la tortura que practica la administración Bush. Después del 9/11, los norteamericanos se mostraron penosamente listos para abandonar protecciones constitucionales en pro de una búsqueda de seguridad. La bahía de Guantánamo y el preso encapuchado en Abu Ghraib han sustituido desde entonces a la Estatua de Libertad como los símbolos de Norteamérica en los ojos de muchos no norteamericanos.

No importa quién gane la presidencia de aquí a un mes, el cambio hacia un nuevo ciclo de política americana y mundial habrá comenzado. Los demócratas probablemente aumenten sus mayorías en la Casa y el Senado. Una enorme cantidad de cólera populista se prepara como las extensiones del colapso de Wall Street desplegándose en Main Street. Ya existe un acuerdo general creciente sobre la necesidad de regular nuevamente muchas partes de la economía.

En el mundo, los Estados Unidos no disfrutarán de la posición hegemónica que ha ocupado hasta ahora, algo subrayado por la invasión de Rusia a Georgia el 7 de agosto. La capacidad de nuestro país de dar forma a la economía global por pactos comerciales y el FMI y el Banco mundial se verá disminuida, como también disminuirán nuestros recursos financieros. Y en muchas partes del mundo, las ideas norteamericanas, su consejo y aun su ayuda serán menos bienvenidas de lo que son ahora.

En tales circunstancias, ¿qué candidato está mejor posicionado para devolverle presteigio a la “marcar” Norteamérica? Barack Obama, obviamente, lleva menos peso del pasado reciente y su estilo postpartidista procura situarse más allá de divisiones políticas actuales. En el fondo, él parece más un pragmatista, no un ideólogo. Pero sus habilidades, reconocidas consensualmente, serán evaluadas a profundidad cuando deba tomar decisiones difíciles, lo que atraerá no solamente republicanos, sino también demócratas rebeldes al grupo de evaluadores. McCain, por su parte, ha hablado como Teddy Roosevelt en las últimas semanas, enfilándose contra Wall Street y pidiendo la cabeza del presidente de la SEC, Chris Cox. Él puede ser el único Republicano que conduzca a su partido, dando gritos y patadas, a una era post-Reagan. Pero uno puede percibir que él aún no ha decidido, de manera cabal, qué tipo de republicano es realmente o qué principios deberían definir a la nueva Norteamérica.

La influencia estadounidense puede ser restaurada tarde o temprano. El que probablemente la totalidad del mundo sufra un descenso económico no garantiza que los modelos chino o ruso vayan a ser considerablemente mejores que la versión norteamericana. Ya antes, los Estados Unidos han vuelto de reveses serios durante los años 30 y 70, esto debido a la adaptabilidad de nuestro sistema y la resilencia de nuestra población.

Aún así, otro recuerdo descansa sobre nuestra capacidad de hacer algunos cambios fundamentales. Primero, debemos escaparnos de la camisa de fuerza que significa la era Reagan en lo concerniente a impuestos y regulación. Los recortes fiscales se sienten bien, pero no necesariamente estimulan el crecimiento o pagan por ellos; considerando nuestra situación fiscal a largo plazo, se debe decir honestamente a los norteamericanos que ellos tendrán que pagar su propio camino en el futuro. La desregulación, o el fracaso de las reguladoras para mantenerse en mercados rápidamente cambiables, puede hacerse increíblemente costosa, como hemos visto. Todo el sector público estadounidense - financiado insuficientemente, no profesionalizado y desmoralizado -necesita ser reconstruido y recibir un nuevo sentido de orgullo. Hay ciertos empleos que sólo el gobierno puede realizar.

Al emprender estos cambios hay, desde luego, un peligro de sobrecorrección. Las instituciones financieras necesitan una supervisión fuerte, pero no es claro que otros sectores de la economía también. El libre comercio continúa como un motor poderoso para el crecimiento económico, así como un instrumento de la diplomacia estadounidense. Nosotros deberíamos proporcionar la mejor ayuda a los trabajadores para su adaptación a las condiciones de cambio de global, en vez de defender sus empleos existentes. Si el recorte de impuestos no es un camino a la prosperidad automática, tampoco lo es un descontrolado gasto social. El costo del rescate financiero y la debilidad a largo plazo del dólar significan que la inflación será una amenaza seria en el futuro. Una política fiscal irresponsable fácilmente podría añadirse al problema.

Y mientras menos no norteamericanos probablemente escuchan a nuestro consejo, muchos todavía se beneficiarán de emular ciertos aspectos del modelo Reagan. No la desregulación financiera de mercado, seguramente, pero en Europa continental, por ejemplo, los trabajadores todavía son tratados con vacaciones largas, semanas laborales cortas, garantías de trabajo y una gran cantidad de otras ventajas que debilitan su productividad y que no serán económicamente sostenibles.

La nada edificante respuesta a la crisis del Wall Street muestra que el cambio más grande que tenemos que hacer está en nuestra política. La revolución Reagan acabó con el predominio de 50 años de liberales y demócratas en la política americana y abrió el espacio para diferentes aproximaciones a los problemas de la época. Pero con el paso de los años, lo que una vez fueron ideas frescas hoy se han endurecido en dogmas vetustos. La calidad de debate político se ha vuelto grosero por partidarios que no solo cuestionan las ideas, sino también las motivaciones de sus oponentes. Todo esto dificulta más la adaptación a la realidad nueva y difícil que afrontamos. De ahí que la prueba última para el modelo americano será su capacidad para reinventarse a sí mismo otra vez. La buena “marca” no es, citando a un candidato a la presidencia, un asunto de poner el lápiz de labios sobre un cerdo. Consiste en tener el producto correcto para venderse en primer lugar. Y es para ello que la democracia norteamericana tiene su trabajo recortado.
F. Fukuyama

La caída de Norteamérica S.A.

(por Francis Fukuyama)
Primera parte
Está de más hacer una presentación de Francis Fukuyama. A favor o en contra de sus ideas, no deja de ser uno de los politólogos más importantes de esta época. Esta vez, les presentamos uno de sus últimos artículos, publicado el día de ayer (4 de octubre) en Newsweek. En él, Fukuyama analiza la actual crisis norteamericana desde una postura bastante crítica de la forma en la que EE.UU. ha manejado su economía desde la era Reagan (en donde él ubica el inicio del problema). Lo interesante es que no se centra únicamente en el precio económico que Norteamérica ha de pagar por su excesiva fe en el neoliberalismo, sino que también señala el efecto que tendrá sobre EE.UU. como “marca” de prestigio que ha sido altamente consumida por todo el mundo en las últimas décadas. El artículo sigue la línea de sus publicaciones más recientes, con un distanciamiento cada vez mayor del ideario neoconservador que alguna vez lo caracterizó. Incluye aquí críticas a Reagan, al sistema norteamericano, a la guerra en Irak, al concepto de democracia manejado por la Casa Blanca. Luego de una semana en que se han celebrado adelantadas caídas de capitalismo y neoliberalismo, en que se han desempolvado viejas voces socialistas, comunistas o de fanatismo neoliberal, el texto de Fukuyama presenta una evaluación, aunque crítica, imparcial de la situación que atraviesa la primera potencia.
Al ser un artículo aparecido ayer, hemos realizado una traducción libre, pero procurando ser cuidadosos con los términos que pudieran causar confusión. Se ha preferido traducir el término “brand” por “marca”, por ser un sentido de “venta de producto” el que Fukuyama utiliza para describir el pensamiento norteamericano. Por la longitud del artículo, este será presentado en dos partes.
Que la lectura les sea placentera!!
A&P
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La caída de Norteamérica S.A.
por Francis Fukuyama

Con algunas de las firmas más legendarias de Wall Street, una cierta visión de capitalismo se ha derrumbado. ¿Cómo restauramos la fe en nuestra marca?.

La implosión de los bancos de inversión más legendarios de América. La desaparición de más de un billón de dólares en riqueza de la Bolsa en un día. Una etiqueta de 700 mil millones de dólares para los contribuyentes estadounidenses. La escala del colapso en Wall Street apenas podría ser más gigantesca. Aún cuando los norteamericanos se preguntan por qué ellos tienen que pagar tales impresionantes sumas para impedir que la economía implosione, pocos hablan de un costo intangible y potencialmente mayor para los Estados Unidos: el daño que el colapso financiero hace a la "marca” América.

Las ideas son una de nuestras exportaciones más importantes y dos ideas, fundamentalmente americanas, han dominado el pensamiento global desde principios de los años 1980, cuando Ronald Reagan fue elegido Presidente. La primera era una cierta visión del capitalismo: uno que sostenía que bajos impuestos, regulación ligera y un gobierno recortado serían el motor para el crecimiento económico. El reaganismo revertió la centenaria larga tendencia hacia un gobierno, alguna vez, más grande. La desregulación se hizo la orden del día no solamente en los Estados Unidos, sino también en el mundo entero.

La segunda idea grande era la de Norteamérica como un promotor de la democracia liberal en el mundo entero, lo cual fue visto como el mejor camino hacia un orden internacional más próspero y abierto. El poder y la influencia de Norteamérica descansaba no solamente sobre nuestros tanques y dólares, sino sobre el hecho de que la mayoría de las personas encontró atractiva la forma americana de autonomía y quisieron reformar sus sociedades según estas mismas líneas – algo que el científico político Joseph Nye ha etiquetado como nuestro " poder blando ".

Es difícil comprender qué tan gravemente han sido desacreditados estos rasgos de firma de la “marca” norteamericana. Entre 2002 y 2007, mientras el mundo disfrutaba de un período de crecimiento sin precedentes, era fácil hacer caso a aquellos socialistas europeos y populistas latinoamericanos que denunciaron el modelo económico estadounidense como “el capitalismo vaquero”. Pero ahora el motor de aquel crecimiento, la economía americana, se ha descarrilado y amenaza con arrastrar al resto del mundo con él. Aún más grave, el culpable es el modelo americano en sí mismo: bajo el mantra de menos gobierno, Washington falló en regular suficientemente el sector financiero y le permitió provocar un enorme daño al resto de la sociedad.

La democracia fue dañada aún antes. Una vez demostrado que Saddam no poseía ADM, la administración Bush procuró justificar la guerra en Irak vinculándola a una más amplia “agenda por la libertad”; de pronto, la promoción de la democracia era el arma principal en la guerra contra el terrorismo. A muchas personas en el mundo entero, la retórica norteamericana sobre la democracia les suena mucho a una excusa para fomentar la hegemonía estadounidense.

La opción que afrontamos ahora va mucho más allá del desalojo urgente o la campaña presidencial. La “marca” norteamericana está siendo profundamente evaluada a la vez que otros modelos - o China o Rusia- están resultando más atractivos. El restaurar nuestro buen nombre y reanimar el atractivo de nuestra “marca” es en mucho un desafío tan importante como la estabilización del sector financiero. Barack Obama y John McCain estarían ya trayendo fuerzas diferentes para la tarea, pero para cualquiera esta será una lucha cuesta arriba de largos años. Y aún no podemos comenzar hasta que nosotros claramente entendamos qué se hizo mal: qué aspectos del modelo americano son sanos, cuáles fueron mal puestos en práctica y cuáles tienen que ser desechados totalmente.

Muchos comentaristas han notado que la debacle de Wall Street marca el final de la era Reagan. Indudablemente aciertan, incluso si McCain logra ser elegido Presidente en noviembre. Las grandes ideas surgen en el contexto de una era histórica particular. Pocos sobreviven cuando el contexto cambia radicalmente, que es por lo que la política tiende a cambiar de la izquierda a la derecha y atrás otra vez en largos ciclos generacionales.

El reaganismo (o, en su forma británica, el thatcherismo) fue adecuado para su tiempo. Desde el New Deal de Franklin Roosevelt, en los años 30, los gobiernos en todo el mundo se habían vuelto más grandes y más grandes. Para los 70’s, los grandes estados de bienestar y las economías ahogadas por papeleos se mostraban sumamente disfuncionales. En ese entonces, los teléfonos eran caros y de difícil acceso, los viajes en avión eran un lujo de ricos y la mayoría de la gente ponía sus ahorros en cuentas bancarias de bajo pago y tipos de interés regulados. Programas como la “Ayuda a Familias con Niños a cargo” desalentaron a aquellas pobres para trabajar y casarse, por lo que estas se estropearon. La revolución Reagan-Thatcher hizo más fácil contratar y despedir trabajadores, lo que provocó una enorme cantidad de dolor al reducirse o cerrarse muchas industrias tradicionales. Pero esto también significó el trabajo preliminar para un crecimiento de casi tres décadas y para la aparición de nuevos sectores como la tecnología de la información y biotecnología.

Internacionalmente, la revolución Reagan se tradujo en el “Consenso de Washington”, bajo el cual Washington - e instituciones bajo su influencia, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco mundial – empujó a países en vía de desarrollo para que abriesen sus economías. Mientras el “Consenso de Washington” suele ser vapuleado por populistas como Hugo Chávez en Venezuela, este logró aliviar satisfactoriamente el dolor de la crisis de deudas latinoamericana de principios de los 80’s, cuando la hiperinflación afectaba a países como Argentina y Brasil. Una amistosa política de mercado similar fue lo que convirtió a China e India en las potencias económicas que hoy son.

Y si alguien necesitaba más pruebas, podía mirar los más extremos ejemplos mundiales de gobiernos grandes - las economías centralmente planificadas de la ex-Unión Soviética y otros Estados comunistas. Hacia los años 70, ellos estaban cayendo detrás de sus rivales capitalistas en prácticamente todos los aspectos. Su implosión después de la caída del muro de Berlín confirmó que tales estados de bienestar sobre esteroides eran un histórico callejón sin salida.

Como todos los movimientos de trasformación, la revolución Reagan perdió su camino porque para muchos seguidores esto se convirtió en una ideología intachable y no en una respuesta pragmática a los excesos del estado de bienestar. Dos conceptos eran sacrosantos: primero, aquellos recortes fiscales serían autofinanciados, y el segundo, que mercados financieros podrían autorregularse.

Antes de los años 80, los conservadores eran fiscalmente conservadores - es decir, no estaban dispuestos a gastar más que lo recogido por impuestos. Pero la Doctrina Reagan introdujo la idea de que prácticamente cualquier recorte fiscal estimularía tanto el crecimiento que el gobierno terminaría, finalmente, recogiendo más ingresos (la supuesta curva de Laffer). De hecho, la visión tradicional era correcta: si usted baja los impuestos sin cortar gastos, usted acaba con un déficit perjudicial. Así, los recortes fiscales de Reagan de los años 80 produjeron un gran déficit; los aumentos de impuesto de Clinton de los años 1990 produjeron un exceso; y los recortes fiscales de Bush, en el temprano siglo XXI, produjeron un déficit aún más grande. El hecho de que la economía americana creciera tanto en los años de Clinton como en los de Reagan, de algún modo no sacudió la fe conservadora en recortes fiscales como la llave segura para el crecimiento.

Más importante aún, la globalización enmascaró los defectos de este razonamiento durante varias décadas. Los extranjeros parecieron dispuestos a sostener los dólares de manera imparable, lo que permitió al gobierno estadounidense controlar los déficit mientras seguían disfrutando de un alto crecimiento, algo con lo que ningún país en vías de desarrollo podría escaparse. Es por eso que el Vicepresidente Dick Cheney, según se cuenta, dijo al Presidente Bush que la lección de los años 80 era que “los déficit no importan”.

El segundo artículo de fe de la Era Reagan - desregulación financiera - fue empujado por una nada santa alianza de verdaderos creyentes y firmas de Wall Street, y para los 90’s ya había sido aceptado como evangelio también por los demócratas. Ellos argumentaron que las regulaciones de muchos años, como el Acta Glass-Steagall, durante la depresión, (la cual banca resquebrajó las bancas comercial y de inversión) sofocaban la innovación y minaban la compatibilidad de las instituciones financieras estadounidenses. Ellos estaban en lo correcto parcialmente: la desregulación produjo una inundación de nuevos productos innovadores como obligaciones de deudas colateralizadas, las cuales se encuentran en el corazón de la crisis actual. Algunos republicanos aún no se han visto apretados con esto, como evidencia su alternativa propuesta al rescate financiero, la cual implica recortes fiscales aun más grandes para fondos de protección.

El problema es que Wall Street es muy diferente de, digamos, Silicon Valley, donde una mano reguladoramente ligera es genuinamente beneficiosa. Las instituciones financieras están basadas en la confianza, misma que sólo prospera si los gobiernos aseguran su transparencia y obligación en los riesgos que puedan tomar con el dinero de la gente. El sector es también diferente porque el derrumbamiento de una institución financiera daña no a sus accionistas y empleados únicamente, sino también a una multitud de personas inocentes (lo que los economistas moderadamente llaman “exterioridades negativas”).

Los signos de que la revolución Reagan iba peligrosamente a la deriva fueron claros durante la década pasada. Una temprana advertencia era la crisis financiera asiática de 1997-98. Países como Tailandia y Corea del Sur, siguiendo los consejos y presión americanas, liberalizaron sus mercados de capitales a principios de los años 1990. Mucho dinero caliente comenzó a fluir en sus economías, lo que creó una burbuja especulativa, tras lo que luego salió precipitadamente, otra vez, el primer signo de problema. ¿Suena familiar? Mientras tanto, países como China y Malasia, que no siguieron el consejo americano y mantuvieron sus mercados financieros cerrados o regulados de manera estricta, se encontraron mucho menos vulnerables. (continua...)

La Escolastica. De Aristoteles a Santo Tomas a la Filosofia Moderna

Durante la edad media, disputas sobre el estado, sobre su naturaleza y conformación, giraban en torno a su posición u oposición con respecto a la Iglesia. Es así que para las autoridades de la época, la comunidad temporal existía en contraposición de la comunidad espiritual. Para los papas, cardenales y demás representantes eclesiásticas, existió un claro desprecio por el razonamiento científico, el empirismo y la autoridad temporal. Sin embargo, para los diversos pensadores de la época, la relación Estado - Iglesia era un tema de mucha discusión e inmersa en estas disputas, nació la escolástica.

La filosofía escolástica es considerada el ingrediente filosófico mas importante de la edad media, que ha sobrevivido diversas épocas y que engloba corrientes musulmanas, judías y cristianas (Ferrater:1060). Se le critica a la escolástica cristiana de ser ancilla theologiae (sirvienta de la teología), pero como bien explica Ferrater, esta es una afirmación inexacta y refutable porque para autores como Alberto Magno y Tomas de Aquino, la filosofía (diferenciada de la teología) basta para si misma; lo sabido se diferencia claramente de lo creído (Ferrater 1060).

E.A. Moody citado por Ferrater, distingue cuatro etapas de la escolástica: la alta escolástica (especulación teológica-metafísica), la invasión del pensamiento griego (aristotélico principalmente), un periodo de empirismo (influencia de Santo Tomas de Aquino), y uno de florecimiento (el paso de la escolástica y la ciencia y a la filosofía).

La segunda etapa marcó un hito importante en el progreso de las ideas filosóficas del medioevo. A principios del siglo XIII, en un momento de fuerte oposición política a la enseñanza de las obras de Aristóteles, se dio una confrontación importante entre estudiantes universitarios y las autoridades eclesiásticas. Documentos oficiales de la iglesia intentaron censurar lo que Bacigalupo llama el factor desestabilizador de la cultura religioso defendiendo a toda costa una tradición agustiniana (Bacigalupo:16). Sin embargo, el impacto que tuvo la recuperación de los textos de la antigüedad en los académicos y estudiantes a mediados del siglo XII, generó nuevas interpretaciones muy difíciles de erradicar. Para fines del siglo XIII la lucha se radicalizó. Ante una postura tajantemente radical, liderada por el pensamiento del filósofo árabe Averroes, surge una escuela aristotélica moderada que en vez de ver ciencia y fe como entes paralelos irreconciliables, ve ciencia y fe como una unidad. La muerte del papa Juan XXI trajo el fin de la resistencia. Las autoridades eclesiásticas cedieron, acogieron la síntesis de Tomas de Aquino, y las universidades volvieron a discutir abiertamente los postulados de la antigüedad (Bacigalupo:27).

Para algunos, la escolástica puede distinguirse de la filosofía moderna, pero para otros el segundo es la continuación del primero (Ferrater:1061). Bacigalupo nos dice que en la filosofía moderna prevalece el saber científico de cualquier otro saber humano. Al finalizar la lucha por censurar la lógica aristotélica se retoma y se desarrolla una cultura cientificista en el medioevo. Hasta cierto punto, el tomismo se vuelve un pensamiento emblemático de esta época; un primer paso de reconciliación entre la fe y la razón; entre lo natural y lo sobrenatural.

Las obras de Tomas de Aquino son muy útiles para entender el medioevo como un primer paso hacia la modernidad. Intenta fusionar la teología y la filosofía, cada una ‘libre’ de la otra, pero ninguna indiferente. Sin embargo, inevitablemente, como pensador condicionado por su época, Santo Tomas aunque intenta buscar un ‘equilibrio’ entre fuerzas (razón y fe), el primero siempre estará en el fondo subyugado por el segundo. En el texto de Galán se afirma que Santo Tomas ve en Dios el origen común de ambos poderes; estatal y celestial. Es decir, en materia espiritual se debe mayor obediencia a la potestad espiritual que a la temporal, pero en la esfera política, se debe mayor obediencia a la potestad secular (Galán:63). Es así que Santo Tomas establece áreas de acción, esferas de poder para cada autoridad. Y así como existen estos espacios también existen leyes: el derecho civil y el derecho canónico. Es así que para cada esfera, hay una regulación, y para cada regulación existe un fin. Pareciera entonces que de lo que se ocupa la ley civil es de lo externo, de la convivencia, de lo social, mientras que de lo que se ocupa la ley canónica es de lo interno, de la salvación de alma, del perfeccionamiento del espíritu.

Recordemos que aunque pareciera que cada esfera es independiente y autónoma, Tomas de Aquino, no deja de interrelacionarlas, y además, jerarquizarlas. En este sentido, Galán explica que la ley cívica y el fin cívico no puede intrometerse en materia de interés del fin espiritual, sin embargo, el poder espiritual (ya sea por consentimiento, por derecho o como medio para el cumplimiento de su fin) si puede interferir en asuntos temporales. Evidentemente el poder de la fe es mayor, su dominio supera al del temporal y la condiciona.

Galán distingue el poder directo del poder indirecto. Afirma que en los textos de Santo Tomas, existe una potestad indirecta que le permite a la Iglesia corregir circunstancias y ordenamientos políticos en tanto que estas interfieren o pueden ser de utilidad para la obtención del fin último espiritual. Evidentemente, sea directa o indirectamente, un fin se impone sobre el otro. Por ende para Santo Tomas no existe un Estado laico. Tanto la ley interna como la externa están bajo del dominio de Dios, de la salvación del alma, de lo espiritual (Galan:76). Es así que el fin mismo del Estado es definido de acuerdo a parámetros espirituales. Santo Tomas marca una diferencia entre bien común y bien privado. El primero por ser el mas ‘divino’ es para Tomas de Aquino el fin último del estado: un fin ético.

Tomas de Aquino: miembro de la orden dominicana, en gran parte agustiniano, magíster en teología, capaz de integrar las enseñanzas de Aristóteles en sus interpretaciones de lo temporal y lo espiritual, es un claro ejemplo de cambio dentro del pensamiento filosófico de la época. De no haber sobrevivido Aristóteles a la persecución eclesiástica del siglo XIII quizás el transcurrir de la historia política hubiese sida diferente. La escolástica en su tercer periodo sintió el legado de Santo Tomas a través del empirismo. Y así, las etapas consiguientes serán producto de un desarrollo continuo de la relación entre razón y fe.

Maria Paula Brito

Bibliografia

Ferrater Mora, Joseph Diccionario de Filosofía, Barcelona, Ariel, 1999

Galán y Gutiérrez, Eustaquio La filosofía política de Sto. Tomas de Aquino, Madrid: Revista de Derecho Privado, 1945

Bacigalupo, Luis E. Aristóteles en Paris: la escolástica medieval como periodo de gestación de la modernidad filosófica
Lima, PUCP, 2001

viernes, 3 de octubre de 2008

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lunes, 29 de septiembre de 2008

Bolivia desde la filosofia politica.


En las últimas semanas hemos atendido a los problemas surgidos en Bolivia, en los cuales aparece como constante un reclamo secesionista que amenaza la estabilidad del Estado. La gran mayoría de especialistas apelan a explicaciones legales que impedirían la posibilidad de desmembramiento del país vecino, criterios refrendados por internacionalistas que ven en esto una amenaza a la estabilidad democrática de la región. Aquí les presentamos un análisis distinto de esta situación. Miguel Ángel Pérez Pirela (investigador asociado de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), Venezuela, en la unidades de Filosofía y Bioética y en la de Ciencia Política; doctor por la “Università Pontificia Gregoriana” de Roma (Italia) con la tesis “Perfil de la discusión filosófica política contemporánea: una propuesta aristotélica”) realiza un lúcido análisis desde la teoría política del porqué resulta inconsistente este intento de secesión boliviana. Apelando a Hobbes, explica el peligro que la amenaza de separación significa para el concepto de Estado mismo. Disfruten su lectura!
A&P

La filosofía del separatismo en Bolivia
Miguel Ángel Pérez Pirela

Los movimientos secesionistas que hoy se manifiestan en países como Bolivia no buscan otra cosa que desestabilizar los estamentos de ese fenómeno colectivo llamado Estado. Dichos movimientos responden a una lógica neoliberal cuyos fundamentos filosófico-políticos están bien afianzados en el pensamiento contemporáneo: si hay algo que se opone a la lógica y existencia misma del Estado es precisamente la lógica y existencia del Libre Mercado. Está de más decir que el Libre Mercado presupone una dimensión privada, mientras que el Estado se fundamenta en lo social. Se trata entonces de una confrontación filosófica y a la vez política entre el yo y el nosotros.
¿Por qué nace el Estado? Según la ficción que Hobbes construye en su libro Leviatán, el Estado nace de una situación inicial que el autor llama estado de naturaleza. En dicho estado cada individuo es completamente libre y soberano por lo cual no puede convivir con los otros. De allí la célebre frase hobbesiana homo homini lupus: el hombre es lobo del hombre.
Es por ello que Hobbes no tarda en plantear la imposibilidad de ese estado natural y la necesidad de crear un estado (cultural). Son los mismos individuos, de frente a las contradicciones de una libertad individual elevada al rango de dogma, quienes pactan un contrato que les permita superar el impasse de dicha situación inicial. Es precisamente en ese momento que nace como tal el Estado. Los individuos donan parte de su libertad al Leviatán o Estado y en cambio reciben esa seguridad (social) que les permite vivir en común.
He aquí un primer elemento distintivo que nos permite colocar, de una parte, una lógica individualista muy parecida al Mercado neoliberal, en el cual prevalece la guerra de todos contra todos, donde ganará el más fuerte; y por otra, la lógica social amparada en un Estado cuya premisa fundacional es la convivencia en un espacio común de todos quienes lo habitan.
¿No es acaso esta lógica la que se intenta menoscabar a través de las propuestas de fragmentación de los Estados existentes, por parte de lógicas individualistas?
Con el nacimiento del Estado ya no será la parte la que de forma unilateral decidirá el todo, sino más bien será el todo quien a partir de una lógica de conjunto decidirá la lógica de las partes. No es difícil aplicar dichos fundamentos filosófico-políticos a lógicas fragmentarias o lógicas de partes, como lo son las Provincias de Santa cruz, Beni, Pando y Tarija, con relación a la lógica del todo de la República de Bolivia.
Pero hay otras características que definen al Estado así como lo concebimos hoy día: un ejército nacional; el respeto de fronteras nacionales definidas y resguardadas; una cabeza visible o gobierno. La mezcla de todos estos elementos es nada más y nada menos que la llamada Soberanía Nacional del Estado. ¿No es acaso contra estas características de un Estado Soberano que se está armando el movimiento separatista boliviano?
No se puede interpretar de otro modo el “referéndum” que se dio en Santa Cruz-Bolivia el 04 de mayo de 2008, sino como un enfrentamiento directo contra la unidad y la concordia militar boliviana, la estabilidad y conservación de sus fronteras, y más aun, el respeto de un gobierno democráticamente elegido por las mayorías bolivianas y representados por el presidente: Evo Morales.
Es así como, coartando las características del Estado-Nación, como por ejemplo los límites y fronteras, las lógicas secesionistas de las oligarquías bolivianas realizan distinciones entre tierras altas y tierras bajas, con el fin de sustraer de allí identidades fraccionadas a través de las cuales separan los Quechuas y Aymaras de las montañas, de los Guaranís y Blancos de las llanuras con el fin de crear, no más un nuevo Estado, sino lo que es aun más grave, una improvisada “Nación Camba”.
El elemento identitario parece entonces tomar un lugar predominante en la lógica separatista contra el Estado boliviano, cuando en realidad no es más que una vil excusa para esconder y maquillar la lógica de Libre Mercado individualista. En la llamada “Nación Camba” y las provincias que se proponen como separatistas se encuentran no sólo los latifundios de las tierras más fértiles de Bolivia, sino también el 44% del PIB boliviano, y lo que es aún más relevante, las mayores reservas de hidrocarburos del país, que son el segundo yacimiento de gas en el hemisferio con 49.7 trillones de pies cúbicos, calculado en 150.000 millardos de dólares. He aquí la verdadera identidad de la “Nación Camba”.
Robert Nozick en su libro: Anarquía, Estado y Utopía, define sin lugar a dudas uno de los elementos más importantes de eso que él llama el “libertarismo”, que no es más que la elevación al cuadrado del liberalismo, el cual es convertido de este modo en neoliberalismo. El neoliberalismo posee como elemento fundamental la dogmatización de los derechos individuales: “la incursión de una mano, que no sea la del individuo, en su esfera individual, significaría una intromisión irrespetuosa que ningún argumento igualitario puede justificar”. Resulta claro que del derecho individual que plantea Nozick surge la relativización ipso facto de un Estado con las características antes planteadas.
¿Qué surge entonces de esta filosofía política neoliberal? La respuesta es simple: el Estado “mínimo” que no es otra cosa que un ente que dona “servicios de protección”. Servicios cuya principal responsabilidad es la de proteger a aquellos individuos que, en el estado natural de guerra economisista neoliberal, lograron acaparar el mayor capital en ganancias, dejando en una situación precaria a la mayoría de los individuos. ¿No es acaso esto lo que piden las Provincias separatistas bolivianas?
Si bien es cierto que es precisamente este tipo de protección lo que exigen las Provincias separatistas, también lo es que, el gobierno de Evo Morales, en principio, no estaría dispuesto a reducir el Estado que dirige a un servicio de protección brindado a las oligarquías bolivianas con el fin de defender sus ventajas económicas de las mayorías históricamente explotadas y excluidas.
He aquí el epicentro de la crisis boliviana: en ella se encuentran confrontadas dos visiones filosófico-políticas incompatibles entre sí. Por una parte, una lógica neoliberal amparada en los derechos individualistas y exclusivos para los más aventajados del Libre Mercado, salvaguardados por un Estado “mínimo”. Por otra, la de una lógica colectivista fundada en un Estado Social, estructurado a partir de sólidas bases militares, limítrofes, gubernamentales e identitarias.
Pero al analizar la realidad nos damos cuenta que existe una evidente contradicción, pues Estados como los EEUU, aplican un “liberalismo paternalista”. Se trata de un liberalismo que, contrariamente a lo que profesa, se funda en un Estado fuerte que se ve reflejado en: defensa a ultranza de sus fronteras contra la inmigración extranjera, musculosos planes estratégicos en seguridad y defensa de la Nación, subvención estatal de rubros estratégicos de su economía, etc.
No obstante lo antes dicho, estos países fuera de sus fronteras, promulgan la ausencia de Estado. En este sentido, es justo preguntarse hasta qué punto dichos países occidentales estarían dispuestos a colocar en la mesa la posibilidad de un referéndum separatista como el celebrado en Bolivia el 04 de mayo de 2008. Imaginemos por un momento someter a las poblaciones afrodescendientes de New Orleans a un referéndum consultivo como el planteado en la llamada “media luna” boliviana.
(Fuente: Bolpress http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2008052113)

lunes, 22 de septiembre de 2008

Cambio Constitucional: Una Perspectiva Comparada


El Instituto Kellogg, de la Universidad de Notre Dame ha publicado un working paper que desde una perspectiva comparada analiza la inestabilidad constitucional en America Latina. El autor evalua tanto variables de diseno institucional como de contexto para explicar la poca durabilidad de las constituciones latinoamericanas. Invitamos a los interesados en el tema a leer este trabajo que desde la rigurosidad de la ciencia poltiica, intenta descifrar la razones detras de un patron de inconstancia y variabilidad.
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Titulo: The Durability of Constitutions in Changing Environments. Explaining Constitutional Replacement in Latin America. Working Paper 350/Agosto 2008
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Autor: Gabriel L. Negretto. Profesor de Ciencia Politica, Division de Estudios Politicos del Centro de Investigacion y Docencia Economica (CIDE), Ciudad de Mexico. Especialista en cambio constitucional, en diseno institucional y en politica latinoamericana. Abogado graduado de la Universidad de Buenos Aires, MA en Relaciones Internacionales, PhD en Ciencia Politica de la Universidad de Columbia.
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¿Cómo enseñar Ciencia Política?



Para todos aquellos que sientan apego por el ambiente más académico de la Ciencia Política y se vean desde ya como futuros profesores, les entregamos la respuesta que dio el politólogo Dieter Nohlen a la pregunta que titula este post. Esta fue dada el 11 de abril de 2002 en el Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile. El articulo resulta interesante por su introduccion, que presenta una revision historica de nuestra carrera, y por la forma en la que delimita el objeto de estudio de esta la par que nos dice cómo enseñarla. Disfrútenlo.
A&P
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¿Cómo enseñar Ciencia Política?

Como bien es sabido, la Ciencia Política es una disciplina de mucha tradición. Se remonta a los tiempos griegos. Es la disciplina madre de muchas otras disciplinas, cuando con el correr del tiempo se formaron dentro de su seno ámbitos del saber que posteriormente se desvincularon de ella y formaron disciplinas independientes y autónomas, como por ejemplo la economía, mejor dicho la economía nacional. Esto es cierto para varias disciplinas especializadas que hoy rodean a la Ciencia Política. La sociología, sin embargo, no nace de su ámbito sino que se desarrolla independientemente y mucho más tarde a partir de la segunda mitad del siglo XIX, justo en el momento en que la Ciencia Política, por el proceso de desintegración que había vivido durante siglos, prácticamente había dejado de existir. A comienzos del siglo XX renace la Ciencia Política. Se la funda en Estados Unidos, se la refunda en Europa, crece entre las guerras, sufre durante los totalitarismos en Europa, mientras que la emigración a Estados Unidos de muchos científicos europeos – y sobre todo alemanes- da un gran impulso para un mayor desarrollo de la disciplina en Norteamérica que, desde entonces, pasa a dominar la Ciencia Política a nivel mundial.Así, finalizada la Segunda Guerra Mundial, en el contexto de la redemocratización en Europa, la Ciencia política retoma su evolución anterior a la guerra y recibe fuertes impulsos y orientaciones de parte de la Ciencia Política norteamericana.En Alemania, especialmente, recobra importancia sobre todo por su intima relación con el desarrollo de la democracia. A diferencia de la sociología, que cultiva su auto percepción y función de disciplina crítica de la realidad (piénsese en la famosa Escuela de Francfort de Horkheimer, Adorno, Marcuse) la ciencia política en ese país se desarrolla como ciencia de y para la democracia, como ciencia que enseña la democracia, como ciencia en apoyo a la democracia. Sería esa función auto adscrita que le facilitaría a la Ciencia Política el reencuentro de su lugar en el espectro de las ciencias del espíritu en las universidades alemanas. Sólo posteriormente, con la consolidación de la democracia, y bajo la permanente influencia de la Ciencia Política norteamericana, la Ciencia Política en Alemania toma un desarrollo en dirección a una disciplina normal, una disciplina enraizada en las ciencias sociales, más amplia en sus funciones en cuanto a áreas de estudio, funciones de investigación, crítica a la realidad, consultora para actores políticos y por sobre todo la función de la enseñanza universitaria.Relato esto para dar a entender que la Ciencia Política tiene una larga historia marcada –en cuanto disciplina científica- por grandes convulsiones e íntimas vinculaciones con el desarrollo político mismo, o sea por factores internos y externos a la disciplina. Es sobre todo esta última dependencia la que contribuye a que –pensando en comparaciones internacionales- cada Ciencias Política tenga características propias, influidas por el propio desarrollo político del país. Quien les habla viene de un país en el que hoy en día la Ciencia Política está bien enraizada en el panorama de las humanidades. Las reflexiones sobre la disciplina y sobre cómo enseñarla tienen este trasfondo histórico y contextual.Cuando uno plantea una pregunta no siempre es importante recibir una respuesta. Los cuestionamientos pueden también impulsar reflexiones. La pregunta del título de nuestra charla se entiende como una invitación a tales reflexiones.Me voy a referir a cuatro dimensiones de reflexión:La primera se refiere al campo o cuerpo de conocimiento que engloba la Ciencia Política. Allí se desarrollan dos ideas: por un lado, lo que son sus áreas para una diferenciación interna de la disciplina y, por el otro, lo que son las áreas propias necesarias para poder formar una disciplina temáticamente completa.La segunda dimensión se refiere –tomando en cuenta el objeto de estudio de la Ciencia Política y sus consecuencias epistemológicas- a la lógica y la metodología de la disciplina.La tercera dimensión se refiere a un método específico cuya enseñanza me parece de primer orden: el método comparativo.La cuarta dimensión, finalmente, se refiere a la enseñanza de la disciplina en un nivel de abstracción que dista lo suficiente de la política cotidiana para que el alumnado entienda que política y Ciencia Política son dos cosas distintas, en primer lugar por los objetivos diferentes y los correspondientes tipos de argumentos que caracterizan sendos discursos.
1. Respecto a la primera dimensión: en términos generales, hay que diferenciar entre tres áreas que forman el cuerpo de materias de docencia en Ciencia Política.La primera área constituye la teoría política, que incluye en verdad tres campos: a) la historia de las ideas o la filosofía política, b) la teoría política moderna, o sea las grandes corrientes teóricas, las teorías de gran alcance y las metateorías o los paradigmas científicos y, finalmente, c) la metodología en ciencias sociales. La importancia de esta área tan heterogénea reside, en la enseñanza, en su contribución al desarrollo de un conocimiento de los fundamentos de la política en cuanto a lo normativo y a lo teórico por un lado, y lo metodológico en el estudio de la política por el otro.La segunda área engloba a la política comparada, que incluye las tres dimensiones de la política que debido a limitaciones idiomáticas ni en alemán ni en castellano podemos diferenciar conceptualmente bien: polity, politics y policy, o sea la forma, el proceso y el contenido de la política.La tercera área está conformada por las relaciones internacionales que incluyen por ejemplo la política exterior, las organizaciones internacionales, lo intergubernamental y –cada día más- lo intersocietal y, finalmente, lo supranacional, si nos referimos a procesos de integración. Puede darse el caso de que un instituto de Ciencia Política ofrezca enseñanza adecuada en las tres áreas, pues están íntimamente vinculadas en términos de que la falta de una de ellas pone en peligro una comprensión cabal del fenómeno de la política. No en vano la Ciencia Política se entiende como ciencia integradora: el objeto de estudio, la política, no se define a través de un sólo concepto, una sola dimensión, un solo enfoque, un único método. La Ciencia Política, por consiguiente, no se define tampoco por una sola materia que conceptualmente se pueda asociar con la política.Se observa, sin embargo, que en algunos países las materias polity, politics y policy, están separadas en forma de una dispersión en institutos diferentes según las áreas señaladas. Incluso hay casos en que se han creado institutos separados en una misma universidad en el área de la política comparada. Hay razones en el campo de la investigación para enfatizar la especialización, pues como decía ya Max Weber a principios del siglo pasado (en La ciencia como vocación), “la obra realmente importante y definitiva es siempre obra de especialistas”. Sin embargo, en la enseñanza, me parece importante transmitir el alcance de la política en su expresión real y -aún más importante- la relación e interrelación de los fenómenos políticos de las diferentes áreas. Por ejemplo, si en relaciones internacionales la tesis más confirmada hasta hoy día es que Estados democráticos no conducen ninguna guerra entre ellos, es muy importante entonces que el estudioso conozca la democracia como forma (polity) y proceso (politics), las condiciones internas que llevan a que la democracia –en cuanto a resultado (policy)- se comporten a nivel internacional de manera de confirmar continuamente desde hace siglos esta regla.Aún más ilustrativo es el caso de las dimensiones de la política en el área de la política comparada. Prácticamente no hay ningún fenómeno político en esta área por entender o explicar en el cual no estén involucrados aspectos de polity, politics y policy. Tomemos el caso de cualquier política pública: en el famoso círculo de una política pública (o policy cycle) entran desde un inicio de su desarrollo cuestiones del sistema político, de la institucionalidad dada, cuestiones de las relaciones de poder, de intereses y valores, la estructura de conflicto en el sistema de partidos polìticos y los tipos de formación de consenso, etcétera. Si se diseñan políticas públicas sin tomar en cuenta esas variables de estructura y procesos, no se llega muy lejos. Si no se enseña la interrelación de las policies con politics y polity, el estudiante va a desarrollar un conocimiento poco realista, parcializado y poco adecuado de la política.
2. Respecto a la segunda dimensión, la analítica, quisiera hacer hincapié en la importancia que tienen la lógica y el método en la enseñanza de la Ciencia Política. Esta orientación es especialmente valiosa debido a la dificultad que el objeto de estudio, la política, contiene para su análisis.La especial dificultad que enfrenta la Ciencia Política se hace notable, sobre todo comparando nuestra disciplina con la economía en cuanto a sus respectivos objetos de estudio y las consecuencias científicas o metodológicas que sus diferencias traen consigo. “Primero el economista observa” como decía Giovanni Sartori (La política. Lógica y métodos en ciencias sociales, pág. 62), “los comportamientos económicos, comportamientos guiados por un sólo criterio identificado y constante: llevar al máximo el beneficio, la utilidad o el interés económico. Segundo, los comportamientos económicos son expresables…en valores monetarios, es decir en valores cuantitativos”. Así, “el economista encuentra una medida incorporada a los comportamientos observados: el homo oeconomicus razona con números, con valores monetarios”. Con base en esto, el economista pudo desarrollar un lenguaje especial, cuyos conceptos, por ejemplo valor, costo, precio, mercado, están claramente establecidos y no vuelven a ser discutidos cada vez que se los utiliza. El politólogo, sin embargo, observa comportamientos políticos guiados por éste u otro criterio, o sea, por criterios diferentes y cambiantes que por lo demás –en su gran mayoría- son difíciles de expresar en términos cuantitativos. Sus métodos, por un lado, tienen que contemplar la peculiaridad y la naturaleza sui generis de su objeto de estudio, y la lógica de la investigación. Por el otro lado, tiene que ser discutida con todos y cada uno de los diseños de investigación. Es obvio que la economía se encuentra en una situación científica privilegiada que tiene su origen en el carácter del objeto de estudio, a partir del cual –en el caso de la economía- fue posible un desarrollo de cientificidad menos cuestionado que en el caso de la Ciencia Política. Por esta enorme distancia que separa a la Ciencia Política de la economía, es conveniente referirse también a la interrelación entre ambas ciencias sociales y recordar lo que el erudito economista Albert O. Hirschman (ya en 1979) puso de manifiesto. Hirschman diferenció entre tres categorías: valoró positivamente la posibilidad de la interacción entre ambas disciplinas, por ejemplo cuando la Ciencia Política podría aprovechar en sus estudios los resultados científicos de la economía. También valoró como positiva la interacción en áreas donde los objetos de estudio en economía y en política ostentan estructuras análogas, llamando la atención al campo limitado de objetos que presentan estas condiciones. En términos generales, estimó positiva estas dos categorías de interacción porque se respeta la autonomía de lo político. Vale la pena repetirlo: los conceptos en Ciencia Política no alcanzan el grado de homogeneidad y constancia que tienen aquellos del lenguaje del economista, lo que obliga a enseñar su contenido plural, su natural vinculación con intereses cognoscitivos y valores en el lenguaje político y los criterios de su formación conforme a reglas y circunstancias para su uso en el análisis pollitológico. Una de las mayores necesidades de la enseñanza de nuestra disciplina consiste en transmitirle al alumnado que los conceptos no sólo son fundamentales para el análisis y el diálogo científicos, que su definición no es solo una conditio sine qua non del conocimiento científico, sino que además tienen que alejarse de ontologismos y esencialismos y corresponder a criterios de utilidad científica.La definición de un concepto no equivale a una profesión de fe para encarnar una verdad propia del estudioso, sino a un examen lógico de su alcance, es decir sus límites (lo que incluye, lo que excluye) y su adecuación semántica a los objetivos de conocimiento. Para dar un ejemplo: la democracia es un concepto sin definición precisa universalmente aceptada. Se la puede definir en términos de Robert A. Dahl (1971), quien hizo hincapié en dos criterios: participación y pluralismo político. Es una definición por cierto estrecha y limitada, pero bien operacionalizable y mensurable. Es evidente que cada uno de nosotros podría preferir una definición más amplia, más esencialista, más normativa, en la cual entrara todo lo bueno y lo hermoso de un orden deseado. Sin embargo, tal concepto no serviría mucho para el análisis científico, pues si cada uno tuviera su concepto normativo del fenómeno en estudio, resultaría difícil llegar a resultados intersubjetivamente transmisibles.Otra dificultad se presenta al ampliar el concepto del fenómeno en estudio de tal manera que algunos factores que interesan ser investigados respecto a su relación, entren como elementos del mismo concepto. El origen de esta conceptuación equivocada reside en confundir el ámbito del problema con el concepto mismo, como bien me señaló mi asistente de investigación Claudia Zilla. Un buen ejemplo de esto lo brinda, nuevamente, el concepto de democracia, cuando se le incluyen también los problemas que la atañen, por ejemplo su relación con la sociedad. Esto se da cuando se define como democracia sólo a aquel sistema político que se erige sobre las bases de una sociedad democrática. Con esta conceptuación se pierde de vista la relación política y científicamente importante entre tipo de sistema político y tipo de sociedad en términos de una homogeneidad necesaria, en términos de desfases y consecuencias y en términos de su desarrollo en el tiempo.Al estudiantado se le debe enseñar la formación y el uso de las clasificaciones, de los tipos, de los tipos ideales y de las tipologías, sus funciones y alcance científico. Hace poco, un ejercicio con un grupo de posgraduados me puso en evidencia la falta de práctica en eso. En Ciencia Política trabajamos mucho con dicotomías y trilogías o tríadas. El ejercicio constaba en encontrar, en el mundo de las formas políticas, alternativas que correspondieran a este tipo de ordenamiento de los fenómenos. Ninguna de las cinco respuestas que recibimos fue correcta. O no se respetaba el objeto, las formas de gobierno o se mezclaba el objeto con algo que no se refería al objeto, o los fenómenos que se mencionaban no eran de carácter disyuntivo.En resumen: vale poner énfasis en la enseñanza de la Ciencia Política en la lógica del conocimiento. Hay que enseñar a pensar lógica y sistemáticamente. Lo que equivale a enseñar a diferenciar en lo conceptual entre niveles de abstracción, categorías, diferencias de grado, etcétera. Saber diferenciar hace la diferencia entre un interesado y un estudioso de la política.
3. Respecto a la tercera dimensión y la sugerencia de enseñar el cómo comparar, vale distinguir entre dos líneas de comparación: la comparación histórica y la comparación internacional. Según mi experiencia, la comparación histórica es la que se ejerce fácilmente en América Latina. En dialogo con cientistas sociales de la región me ocurrió bastante veces que una pregunta acerca de la estructura -por ejemplo- del sistema de partidos me fuera contestada mediante un recuento de la historia de los partidos políticos. O sea, la entrada a la reflexión politológica en la región es más bien histórico-cronológica y mucho menos sistemático-comparativa. La enseñanza tendría que favorecer esta última perspectiva, nutriéndose de comparaciones internacionales que constituyen las bases para tipologías y apreciaciones empíricas. Pues es importante señalar que para bien diferenciar y valorar un fenómeno es imprescindible compararlo.El comparar, sin embargo, no es tan sencillo y tiene que ser aprendido. Lo primero que hay que enseñar es que comparar implica escoger prudentemente con qué comparar dentro de un alto número de posibles referentes. Vale reflexionar sobre cual referente es racionalmente el más adecuado, el más plausible y evitar escoger un referente científicamente poco válido, pues la comparación se presta también a confusiones y distorsiones que -en el campo político o cuando el cientista sólo opina y se mueve en la política- a veces son intencionadas. Lo segundo que vale destacar en este contexto es el carácter del método científico de la comparación, a mi modo de ver el método más típico de la Ciencia Política. Enseñar a comparar significa de este modo familiarizar al alumnado con el método más importante de la Ciencia Política. Sin embargo, no existe ninguna receta del método comparativo válida para cualquier caso en estudio. Por otra parte, el método comparativo consta de diferentes estrategias de investigación que consisten en jugar en el diseño de la investigación con la homogeneidad y la heterogeneidad del contexto, por un lado, y con la concordancia y diferencias de variables, por el otro. Cada diseño de investigación debe ser estructurado acorde a las propias características del material en estudio y del interés de conocimiento. El método comparativo se aplica en estudios cuantitativos y cualitativos, cada uno con su metodología específica, y dentro de cada área con variantes. De modo que, al tomar la decisión de aplicar el método comparativo, no está resuelta la cuestión del método, sino que recién ahí empieza justamente la reflexión metodológica.Dado que el método comparativo es el método en las ciencias sociales pensado para sustituir al método experimental (véase al respecto los clásicos de J.St. Mill y E. Durkheim), la enseñanza de la Ciencia Política debería abordar también la cuestión de la causalidad en las ciencias sociales. Abundan tesis monocausales y unilineales en nuestra disciplina, resultado del tipo de formación de teorías deductivistas. Respecto a la comparación, ella abre las perspectivas adecuadas para el estudio de casos empíricos que pueden operar como casos de control. Es importante enseñar la función de la comparación como instrumento de comprobación o falsificación de las teorías. Por lo demás, la comparación induce a la formación de teorías de tipo inductivista. Relacionado con esta diferencia de génesis de las teorías, es importante enseñar los tipos de teorías que se formulan en nuestra disciplina, los tipos de teoría micro, macro, específicas y universales, etcétera y señalar que las teorías de medio alcance, es decir, las que mantienen relación con el espacio y el tiempo, son las más adecuadas y mejor experimentadas en Ciencia Política.
4. Respecto a la cuarta dimensión, no sólo la reflexión científica necesita cierta distancia del quehacer político cotidiano, sino también la enseñanza de la Ciencia Política.Es bien notorio el interés en Chile y América Latina por referirse con prioridad a la política misma del momento, por intercambiar opiniones al respecto: existe la tentación de que el intercambio se politice, que la posición ideológica sustituya al argumento razonable, que la contingencia política se apodere de la Ciencia Política de modo que –al final de cuentas- la Ciencia Política se percibe como parte de la política. Recuérdense los tiempos de las ciencias sociales comprometidas, cuando incluso se postulaba que las ciencias sociales tendrían que ser parte integral de la lucha por la revolución social y política. Es cierto que la Ciencia Política no es neutra, no es objetiva en términos de que se pueda desvincular totalmente de intereses cognoscitivos, de valores y de objetivos social-tecnológicos. Sin embargo, estos parámetros tienen su plena legitimidad sólo en el contexto del surgimiento de una investigación y en el de la aplicación de sus resultados, pero tienen que suprimirse o desaparecer en el contexto interno de argumentación científica. Aquí vale el argumento bien probable o bien probado, la teoría bien comprobada o refutada por el control empírico o de consistencia teórica. Para que este proceso argumentativo en el desarrollo de la investigación tenga su lugar también en la enseñanza de la Ciencia Política, parece conveniente distanciarse de la “sterile aufgeregtheit” (excitación estéril) de la política cotidiana, como diría Max Weber (en La política como vocación), y plantear la enseñanza de la Ciencia Política a un nivel de abstracción más alto, algo lejano y fuera de la política, donde sea posible observar la política sine ira et Studio. Estoy llegando al fin de mi ensayo. Para resumir: mis reflexiones originadas en la pregunta de cómo enseñar Ciencia Política, conducen a sugerir cuatro orientaciones.La primera sugerencia se refiere al cuerpo material o de contenido de la disciplina, consistente en enseñar la Ciencia Política de modo de integrar a las diferentes áreas de la disciplina.La segunda sugerencia se refiere a las herramientas conceptuales de la disciplina y consiste en enseñar a saber diferenciar .La tercera sugerencia se refiere a la perspectiva analítica de la disciplina, consistente en enseñar el arte y método de saber comparar.La cuarta sugerencia se refiere a la argumentación científica (en alemán Begründungszusammenhang) de la disciplina y consiste en enseñar la capacidad de abstraer.Quisiera terminar con una observación final: las últimas tres sugerencias se pueden resumir en una sola que tiene un alcance mayor a la de la enseñanza universitaria de la Ciencia Política; reside en sustituir la cultura de la opinión por la cultura del argumento. Aunque con un significado que va más allá de la universidad, es en sus aulas donde este proceso debe iniciarse.